Parecían condenados a la extinción, acorralados por la crisis económica y las normas anticontaminación de los países desarrollados, pero, quién lo iba a decir, la globalización les ha salvado la vida. Los fabricantes de automóviles exclusivos están de enhorabuena. No solo no han desaparecido con la crisis, sino que sus ventas van viento en popa en todo el mundo, y en especial en mercados emergentes como China, Rusia y los países del Golfo. Y aparte de batir récords, siguen descubriendo filones para explotar, como los modelos de tiradas limitadas o únicas destinadas a coleccionistas, que se los disputan con cifras astronómicas. El Lamborghini J, un descapotable presentado como prototipo único en el pasado Salón de Ginebra, se vendió casi al instante por dos millones de euros, y es solo el último ejemplo.
Ferrari 458 Spider
La marca italiana sigue siendo el sueño de todos los apasionados del automóvil y cada año marca un nuevo récord de ventas, a pesar de que sus superdeportivos no bajan de 190.000 euros. Y es que no hay ningún coche en el mercado que transmita las sensaciones de un Ferrari. La familia reúne descapotables como el California, berlinetas 2+2 plazas como el FF y modelos Gran Turismo como el GTB 599. Todos proporcionan adrenalina a borbotones y ofrecen una deportividad extrema. Pero el 458 Italia, sustituto del anterior 430, es quizá el modelo que mejor refleja el ADN de la marca. Se trata de un biplaza radical que ofrece las tecnologías más avanzadas –aerodinámica, mecánica y materiales–, muchas de ellas procedentes de la fórmula 1.
El cóctel de Ferrari es muy sencillo: ofrecer la mejor relación entre peso y potencia, o, lo que es lo mismo, motores potentes de 8 y 12 cilindros (de 460 a 660 CV) con el mínimo peso posible. Así, el poderío de la mecánica cunde más y aporta una conducción más ágil y contundente. Para reforzar la seguridad utiliza los últimos sistemas electrónicos de ayuda, que van analizando de forma instantánea todo lo que hace el conductor. Y a medida que detectan que este va aprendiendo a llevar el coche, abren la mano de forma progresiva para permitirle disfrutar de todo el poderío disponible. El 458 Spider es la última joya de la marca de Maranello y suma al dinamismo del 458 la posibilidad de circular a cielo abierto. Cuesta casi 230.000 euros.
Porsche 911
El mito. Lleva casi 50 años en activo y, como el buen vino, no para de evolucionar, y cada entrega es mejor que la anterior. Pero desde el modelo original, de 1964, mantiene el mismo e inconfundible diseño y su peculiar mecánica todo atrás, con el motor ocupando el lugar donde normalmente está el maletero. El 911 es un auténtico clásico entre los automóviles deportivos, tan eficaz como robusto: más del 80% de los modelos sigue circulando. Impacta por sus frenos y deportividad, y no renuncia tampoco a cierto sentido práctico: es de los pocos superdeportivos con 2+2 plazas y una zona de carga aceptable. El último modelo, además, sorprende por sus innovaciones técnicas, porque es el primer coche del mundo con cambio manual de siete marchas y uno de los pocos que combinan de verdad potencia y eficiencia: el 911 Carrera S rinde 400 CV y puede gastar solo 8,7 litros de media. La variedad de la oferta completa sus argumentos, porque está disponible con carrocerías cupé y descapotable, con tracción trasera y 4×4, y hasta con variantes de competición. Desde 99.000 euros.
Range Rover
Un salón rodante con la elegancia exquisita de los mejores automóviles británicos. El Range Rover es el icono de los tototerrenos de lujo. Por fuera tiene todo el glamour de la marca británica y por dentro mantiene esa maestría inconfundible de los ingleses para crear los ambientes más exquisitos, tanto por el diseño como por la elección de los materiales (cueros, maderas y metales). Al margen de su aspecto, lo mejor del Range es conducirlo, porque convierte los viajes en una experiencia única. Su particular diseño, con una altura superior a lo habitual, transmite una seguridad inigualable en ciudad. El confort de las suspensiones neumáticas y la ergonomía de sus amplios butacones permiten viajar como si se fuera sentado en el sofá de casa. Pero lo más sorprendente es que el lujo no está reñido con la versatilidad en el campo, y el Range es también uno de los todoterrenos más robustos y eficaces para afrontar cualquier obstáculo fuera del asfalto. Ahora, además, cuenta con una gama de motores y cambios a la última (accionables desde el volante) que eliminan las viejas dudas sobre su fiabilidad mecánica. Desde 113.000 euros.
Rolls Royce Ghost
El hermano pequeño de la limusina de lujo más famosa: ¿quién no ha fantaseado con viajar en un Rolls-Royce y sentirse como una estrella? La marca del Espíritu del Éxtasis, que es lo que representa el emblema de Rolls, no fabrica coches, sino palacios rodantes. El Ghost es su última creación, una berlina de tamaño mastodóntico que combina el sabor clásico y toda la tradición de la marca con las mejores tecnologías del momento. BMW, dueña de la firma, se ocupa de proporcionarlas, como la suspensión neumática y el motor V12 de 570 CV.
Se ofrece con dos tipos de carrocería, normal (5,4 metros de largo) y alargada (5,57 metros), que magnifica aún más el lujo y el espacio. Las puertas traseras se abren en sentido opuesto para facilitar el acceso al interior, y una vez dentro, los ocupantes disfrutan de todas las comodidades y caprichos imaginables: dos butacones individuales, reclinables y con función de masaje, pantallas DVD, mesas plegables, minibar y vasos de champán… El límite lo pone el presupuesto del cliente.
Cada unidad se produce a mano, de forma artesanal, y se tarda al menos 20 días en completar un modelo. La exquisitez llega hasta el punto de que Rolls cuenta con su propia granja bovina para producir el cuero con el que se revisten los interiores: los campos por los que pastan sus vacas no están delimitados con alambres de espino para evitar daños en la piel de las reses. La tarifa básica del Ghost en España asciende a casi 300.000 euros.
Bugatti Veyron Super Sport
El Veyron es el coche más rápido, potente y espectacular creado hasta ahora por la industria del automóvil: tiene 1.001 CV y alcanza 407 km/h. Nació en 2005 de la mano del grupo VW, actual propietario de la marca Bugatti, y hoy día se ha convertido en objeto de culto para los aficionados al motor y en una pieza codiciada para muchos coleccionistas. Entre otros desafíos técnicos, este coche ha exigido desarrollar alerones móviles que se autorregulan para garantizar la estabilidad a tan altas velocidades y también neumáticos específicos para este modelo capaces de soportar fricciones y temperaturas más propias de un avión. Y es que acelera de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, como un fórmula 1.
El Veyron es una obra de ingeniería tan llamativa como la torre Burj de Dubái (el edificio más alto del mundo, con 828 metros) o la presa china de las Tres Gargantas (también la más grande, con 2,3 kilómetros de longitud). Y ofrece una mecánica superlativa: motor de 8 litros de cilindrada, 16 cilindros y nada menos que 4 turbos, tracción 4×4, cambio secuencial de siete marchas, estructura de fibra de carbono, frenos cerámicos… Para reafirmar su dominio, Bugatti acaba de lanzar la variante Super Sport, una serie limitada de 350 unidades que llega a 1.200 CV y ha vuelto a marcar un nuevo récord de velocidad para modelos de calle: 431 km/h. Pero ser el vehículo de cuatro ruedas más rápido del mercado tiene un precio, y es inaccesible: el primer Veyron costaba 1,3 millones de euros (ahora más) y el nuevo Super Sport roza los dos millones.